domingo, 4 de noviembre de 2012

Vida austera y dura...


El arduo trajinar, mal alimentado, lo fue debilitando, día a día. Su mamá, (se domiciliaba en su casa) lo amonestaba diciéndole: "Demasiado trabajo, hijo mío, demasiado trabajo". Dedicaba largas horas en el Confesionario.
Su mamá, María Toso, era una santa: se durmió en el Señor, el 21-XI-1844.
Venid benditos de mi padre...(Mt. 25,34)
"Porque tuve hambre y me diste de comer..."
Gianelli, cada día estaba más débil. A fines de abril de 1845, sintió un fuerte mareo. En primavera de 1846, se le aconseja un cambio de aire y fue llevado a Piacenza.
Nostalgia de paraíso...

Gianelli repetía: "No hace falta que yo viva, mejor es así, que cualquier otro modo: pero es del todo necesario, que yo cumpla con mis deberes".
El 7 de junio de 1846, a las 5 y 30 hs., cerró los ojos, para abrirlos a la luz infinita de Dios, haciendo su entrada jubilosa al reino eterno.
Sus restos descansan en una cripta, en la catedral de Bobbio.

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